En
una sesión de la conferencia, se habló del gran progreso realizado en el
despliegue de los programas de circuncisión en varios países del África
subsahariana. Sin embargo, el síndrome de ‘agotamiento profesional’ fue
habitual entre el personal sanitario y también hubo algunas muestras de
resistencia e inquietud en relación con dichos programas.
Se indicó que el 80% de los hombres de entre 15 y
24 años en la provincia de Nyanza (Kenia) ya habían sido circuncidados.
En realidad, el ritmo de despliegue de los
programas de circuncisión fue tal que el personal médico estaba experimentando
síntomas de agotamiento profesional. Esto significa que era necesario llevar a
cabo una delegación
de tareas en este procedimiento entre el personal médico y el de enfermería
y los auxiliares médicos.
La circuncisión es objeto de controversia (hubo una
manifestación ayer, fuera de la conferencia, convocada por activistas que se
oponen a esta práctica). Algunas personas asistentes, por otra parte,
plantearon cuestiones relativas a la situación en determinados entornos reales,
donde los beneficios de esta intervención quirúrgica parecen dudosos.
Por ejemplo, un
estudio efectuado de forma reciente en Zimbabue evidenció que el 14% de las
parejas de los hombres circuncidados tenían VIH, frente a una prevalencia del
12% entre las parejas de los hombres sin circuncidar.
Algunas de las personas encargadas de la exposición
en la sesión de la conferencia declararon que este resultado probablemente sea
debido a que el estudio era transversal (o de “foto instantánea”) y que algunos
de esos hombres podían haberse infectado antes de la circuncisión.
Otros asistentes subrayaron los resultados de otros
estudios que demostraban que circuncidar
a hombres con VIH aumentaba el riesgo de transmisión del virus a sus
parejas. Se explicó que era posible que se debiera a que habían reanudado la
actividad sexual antes de que se hubiera curado por completo la herida de la
intervención.
Fuente: FUNDAMIND
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