Estos hallazgos ponen de relieve la escasez de
opciones farmacológicas disponibles para el
tratamiento de la población infantil con VIH.
La neuropatía
periférica implica un daño doloroso en los nervios periféricos,
especialmente en los pies y la parte inferior de las piernas. Es un efecto secundario
bastante conocido de algunos de los fármacos antirretrovirales más antiguos,
sobre todo de d4T
y ddI.
El fármaco d4T (estavudina, Zerit) ha sido
un pilar central de los programas antirretrovirales en entornos con pocos
recursos. Sin embargo, debido
a sus efectos secundarios, ya no se recomienda su uso si existen
alternativas asequibles (en especial tenofovir,
Viread).
Hay una formulación en polvo de tenofovir para el
tratamiento de los niños de menor edad y la Organización Mundial de la Salud ha
publicado unas directrices respecto a su dosificación.
En este estudio, el 86% de los niños con VIH
participantes estaban tomando d4T y la cuarta parte padecía neuropatía
periférica.
Los autores también creen que el estudio muestra la
importancia de preguntar a los niños sobre las experiencias en la terapia
anti-VIH, como una parte importante del diagnóstico y tratamiento de la
neuropatía periférica. Existen herramientas de diagnóstico, simples y fáciles
de administrar, para ayudar a valorar la gravedad de los síntomas, su impacto y
las acciones que pueden proporcionar alivio.
In
partnership with UNICEF
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